Cuando yo tenía cuatro ó cinco añitos traía a mis padres desesperados porque como consecuencia de cualquier acontecimiento no dejaba de dispararles el obligado por qué? y ahora que ya cuento con muchísimos mas, sigo preguntando a quien se deja, a quien sabe, ó a mi mismo, a mi conciencia, a mis recuerdos.
En mi cansada pero todavía útil memoria, tengo muy presentes diversas acciones ó eventos que en ese entonces no entendía pero que tengo archivados en mi saturado cerebro.
Recuerdo con claridad como cuando yo contaba con unos siete u ocho añitos, los partidos políticos que apoyaban a los entonces candidatos a la presidencia de la república Juan Andrew Almazán y Manuel Ávila Camacho se agarraban a balazos en plena calle y yo me preguntaba….pero,… por qué?
En esos días pude ver por primera vez inolvidables escenas como las de los pistoleros encaramados en los estribos laterales de aquellos enormes autos disparando a sus contrincantes ó a las fachadas de los edificios donde se ubicaban sus correspondientes oficinas.
A mis cuatro hermanos y a mi, mis padres nos protegían y como medida de seguridad a veces preferían que no asistiéramos a la escuela y nosotros preguntábamos….pero,…. por qué ?
Siendo ya presidente Manuel Ávila Camacho (del 1 de Diciembre de 1940 al 30 de Noviembre de 1946) e inmersos en la segunda guerra mundial, en la que participaron mas de setenta países y murieron alrededor del 2% de la población mundial (unos sesenta millones de personas, en su mayoría civiles), nos tocó sufrir ciertas consecuencias como la carestía de la ropa y en los víveres, los impresionantes simulacros de ataques aéreos nocturnos, la suspensión de fabricación de autos desde 1943 a 1945, (nunca se supo de un Ford 43, de un Chrysler 44 ó de un Oldsmobile 45); la campaña de la economía del hule, pues no había suficientes llantas para los vehículos automotores y por lo tanto los vehículos en general, dejaban de circular un día de la semana (igual que ahora),….pero,… por qué estaba pasando todo eso ¿?.
También, por la necesidad de fabricar paracaídas, había escasez de nylon y seda, por lo que no había en el mercado las imprescindibles medias como parte obligada en el vestir de las mujeres, recurriendo entonces a pintarse una línea valiéndose de un lápiz especial, a lo largo de la parte posterior de las piernas para disimular la ausencia de las mismas, intentando tomar el pelo a quienes las contemplaban,…pero,… por qué?.
Todo ello no dejaba de inquietar, pero lo que si fue muy serio fue cuando debido al hundimiento de los barcos petroleros mexicanos el “Potrero del Llano” y el “Faja de Oro”, don Manuel, conocido como “El presidente Caballero”, le declaró la guerra al llamado “eje” formado básicamente por Alemania e Italia (Adolfo Hitler y Benito Mussolini, a quien su padre impuso ese nombre rindiendo culto a don Benito Juárez), y por los demás países que estaban en contra de los aliados destacándose entre ellos: Inglaterra, los Estados Unidos y Rusia. Yo veía a mis padres muy preocupados por lo que día a día iba pasando y no dejaba de preguntarles por qué estaba sucediendo eso… pero,…por qué?
De inmediato, como consecuencia de esa declaración de guerra, Alemania, valiéndose de sus formidables submarinos, hundió otros cuatro barcos petroleros mexicanos: El “Tuxpan”, el “Oaxaca”, el “Choapas” y el “Amatlán”. Yo, al enterarme de todos esos acontecimientos a través de los comentarios de la gente y particularmente de mi padre y de mi entrañable abuelo Enrique y por las noticias que se propagaban por el radio, me preguntaba…que nos estaba pasando… por qué?; (como recuerdo el famoso noticiero “Carta Blanca”).
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